Compositor: Manuel Picón
Lo lleva atado al pie, como una luna atada al
flanco de un jinete,
lo juega sin saber que juega el sentimiento de
una muchedumbre,
y le pega tan suave,
tan corto, tan bello,
que el balón es palomo de comba en el vuelo,
y lo toca tan justo, tan leve, tan quedo,
que lo limpia de barro y lo cuelga del cielo,
¡y se estremece la gente, y lo ovaciona la
gente!
Lo lleva unido al pie, como un equilibrista
unido va a la muerte,
lo esconde – no se ve –, le infunde magia y
vida y luego lo devuelve,
y se escapa, lo engaña, lo deja, lo quiere,
y el balón le persigue, le cela, le hiere,
y se juntan y danzan y grita la gente,
y se abrazan y ruedan por entre las redes,
¡y se estremece la gente, y lo ovaciona la
gente!
¿Quién se llevó de pronto la multitud?
¿Quién le robó de pronto la juventud?
¿Quién le quitó de un golpe el hechizo mágico
del balón?
¿Quién le enredó en la sombra la pierna, el
flanco y el corazón?
¿Quién le llenó su copa en la soledad?
¿Quién lo empujó de golpe a la realidad?
¿Quién lo volvió al suburbio penoso y turbio de
la niñez?
¿Quién le gritó en la cara: – Usted no es nada,
ya no es usted?
Ya no es usted, señor, ya no es usted.*
El último balón lo para con el pecho y junto al
pie lo duerme,
lo mira y sólo ve cenizas del amor que
estremeció a la gente,
y lo pierde en la hierba, lo deja, lo olvida,
no lo quiere, le teme, no puede, no atina,
y se siente de nuevo enterrado en la vida,
y el balón se le escapa entre insultos y risas,
¡y se enfurece la gente, y le abuchea la gente!
¿Quién se llevó de pronto la multitud?
¿Quién le robó de pronto la juventud?
¿Quién le quitó de un golpe el hechizo mágico
del balón?
¿Quién le enredó en la sombra la pierna, el
flanco y el corazón?
¿Quién le llenó su copa en la soledad?
¿Quién lo empujó de golpe a la realidad?
¿Quién lo volvió al suburbio penoso y turbio de
la niñez?
¿Quién le gritó en la cara: – Usted no es nada,
ya no es usted?
Ya no es usted señor, ya no es usted…
Gentileza de Saulo Louzada Lessa, a quem o
Mundo Botafogo agradece.
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